lunes, 11 de mayo de 2015

The show must go on


Ese era el título de una canción de Queen, ¿verdad?
También es el nombre de una pieza de danza contemporánea del francés Jérôme Bel, que un grupo de 8 personas fuimos a ver hace unos días al Mercat de les Flors.

Yo no sabía nada sobre la pieza, solo que participaban personas no profesionales, entre ellas Eva (la que nos preparaba las tortillas en Narinant ;-) Y principalmente por eso estábamos allí.

Ya al entrar nos pareció curioso que en medio del escenario hubiera una gran mesa de mezclas. Tras el desconcierto de las dos primeras canciones (que suenan completas estando la sala casi en total oscuridad), por fin empezó a suceder algo en escena y nos empezamos a dar cuenta de que aquello no era danza al uso.

Utilizando canciones muy conocidas que un DJ iba poniendo ceremoniosamente desde su privilegiado lugar en el escenario, los artistas interpretaban lo que decía la canción -o más bien su título-, exploraban la relación de la persona con la música y el baile, de forma individual y colectiva, y buscando la reflexión y complicidad del público, al que en ocasiones se cedía el protagonismo por completo. 

Como alguien del patio de butacas dijo, se convirtió un show interactivo que dejaba al público reaccionar espontáneamente a las propuestas o retos que se le lanzaban (La vie en rose sumidos en luz rosa, Imagine en oscuridad total, 'escuchar' el silencio enThe sound of silence o ser observados en Every breath you take).

Pero sin duda el momento más divertido fue cuando todos los artistas se colocaron auriculares y, cual viajeros en el metro, empezaron a oir cada uno una canción y a cantar a pleno pulmón (como cuando a uno nadie lo ve) el título de su tema al llegar al estribillo. Un coro de voces que intervenían intermitentemente, ahora Boig per tú, luego Sobreviviré, más allá I've got the power, para seguir con I did it my way o incluso We are the world, we are the children. Y vuelta a empezar.

En definitiva, un espectáculo que resultó sorprendente y muy divertido, y que acabó brindando con una de sus protagonistas. Porque The show must go on ¿o no?

sábado, 2 de mayo de 2015

Cerveza fresca

Cerveza fresca
busca
aperitivo dominical
sed acuciante
ganas de divagar
y risas contagiosas.

Se valorará
música de fondo
o vistas al mar.

Razón aquí.
(agencias turísticas abstenerse)

martes, 28 de abril de 2015

Con las prisas

Con las prisas no tapé el bote de champú
ni me preparé el zumo de naranja
elegí de nuevo pantalones

y quedaron en el armario las faldas.
Con las prisas no disparé
la foto
que el cielo brindaba.

Con las prisas no tomé ese café
acostumbrado a media mañana.

Con las prisas tecleé n antes de b
alguna h no fue bien intercalada
y se revolvieron en su sillón
varias académicas almas.

Produce, ejecuta,
ejecuta, produce.

Con las prisas olvidé respirar, 
oler, reír, beber, mirar.

Con las prisas, con las prisas,
siempre con las prisas.

miércoles, 15 de abril de 2015

6.4 en el festival DanSat!


Muy interesante la propuesta del festival Dansat!, la de presentar cuatro espectáculos cortos de 4 estilos diferentes. Sobre todo para personas que, como yo, no conocemos mucho el mundo de la contemporánea y los espectáculos enteros se nos hacen 'duros'.

Píldoras de 20 minutos muy intensos y, al final, una post-función en el hall del Sant Andreu Teatre, reconvertido en bar informal para la ocasión, en la que los mismos bailarines, ya de carne y hueso, junto con los directores escénicos, respondían a las preguntas del público.

Todo ello amenizado por el también bailarín Thomas Noone, divertido y cercano, tanto que tras el turno de preguntas nos acercamos para aclarar una duda personal:


- Thomas, ¿por qué las piezas contemporáneas son casi siempre tan dramáticas   o existencialistas?

Y digo casi siempre porque las últimas en salir a escena, dos chicas de La Veronal, nos habían hecho desternillarmos de risa con su Zelenstova. Con una puesta en escena parecida al mimo y una flexibilidad corporal impresionante, las dos intérpretes escuchaban cómo su director nos explicaba que él no bailaba (debe de ser una rareza en este mundo).

Antes de ellas habíamos visto One to another, de Cobosmika Company, una compañía con sede en Palamós, que presentó un dúo masculino, dos cuerpos muy fuertes y técnicamente brillantes. A seguirles los pasos por la Costa Brava.

Muy curiosa fue la propuesta de Increpación Danza y su Ángulo muerto, una mezcla de danza contemporánea y flamenco que tuvo que tirar de improvisación y tablas al quedarse sin música hacia el final de su actuación. Lo hicieron tan bien que no supimos si era un fallo técnico o estaba previsto en el guion contemporáneo.

Y Thomas Noone Dance nos mostró el solo de 
As If I, elegancia y exploración de posibilidades escénicas en torno a un objeto situado en el escenario.

¿Queréis saber cuál fue la respuesta de Thomas Noone? Me explicó que la danza contemporánea tiene mucho de exploración interior para el intérprete, y que seguramente por eso el resultado reflejaban sus preguntas/inquietudes vitales.

¿Estáis de acuerdo?

viernes, 10 de abril de 2015

Aroma de Eucaliptus

Verde, frescor, respirar
leve dulzor picante,
caramelos en el bolso de la abuela
y vahos infantiles bajo la toalla
(tenían cierto aire místico).
Tronco blanco, delgado, espigado
hojas alargadas,olor intenso
en el parque que conducía a la playa
extraño aroma para acompañar el verano.

Saunaaufguss um 19 Uhr
Ruuuuhe bitteee 
brüllte unfreundlich der Ur-mann.

Qué lejano queda ya por suerte
todo eso.

jueves, 2 de abril de 2015

La sombra y el fotógrafo


Delicadeza. Ternura.
Fueron las primeras palabras que acudieron al empezar la visita a la exposición 'La sombra y el fotógrafo' dedicada a Antoni Arissa en el CCCB.

Fotos de otra época en un tono tirando a sepia que hasta ahora solo había visto en los filtros vintage que proponen las apps de edición de fotos.

Un gesto cariñoso a unos niños o un beso robado tras la colada tendida. Escenas de la época que por sí solas darían para escribirles un relato y, más tarde, gusto por detalles cotidianos y fotografías urbanas con las que en cierta manera me sentí identificada.

Lugares reconocibles de Barcelona y terrazas de cafés desaparecidas que recuerdan a las que aún dominan las aceras de París.

Y en muchas fotos el juego de sombras, un tema que personalmente me llama mucho la atención. En algún momento del recorrido me vino a la mente Chema Madoz y sus juegos con objetos cotidianos.

Antoni Arissa fue fotógrafo por vocación e impresor por el negocio familiar en la Barcelona de principios del siglo XX y hasta la Guerra Civil, tras la que dejó la fotografía. Al fallecer, su familia se deshizo de gran parte de su obra, sin ser consciente de su valor. Obtuvo varios premios nacionales e internacionales, y trabajó también para el Diario de Barcelona como corresponsal literario. Una ocupación que suena de lo más interesante, ¿en qué consistiría?



Delicadeza. Ternura. Como esta bossanova que escuché hace unos días, os dejo con ella.

Si queréis ver la exposición tenéis tiempo hasta el 12 de abril.