sábado, 14 de mayo de 2016

Hola, me llamo Blog y hoy cumplo 7 años

Nací en domingo, a una hora indeterminada de la tarde en la que aún se colaba el sol por la ventana desde la que mamá observaba el mundo. Su miraba pivotaba entre la pantalla del ordenador sobre sus rodillas y las flores del balcón.

-  Voy a hacer un blog, casi le gritó un pensamiento.

Y me hizo. 

De pequeño era verde y naranja, y hablaba sobre todo de idiomas. A mamá le gustan las letras, jugar con las palabras, conocer lenguajes. 

Según crecía empece a mostrar fotos y a hablar de viajes, o más bien, de anécdotas de viajes. Después mamá me dijo que ya me había hecho mayor y empezó a contarme muchas cosas muy variadas: opiniones sobre películas, libros, exposiciones, curiosidades, historias inventadas...casi le llegué a pedir que se guardara cosas para ella que me estaba empezando a agobiar.


Ahora que ya soy mayor me he quedado un poco pálido aunque guardo algo del verde de mis primeros días (tengo unas ganas de que se pase la moda minimalista...). Ya no me peleo con mamá por lo que tengo que contar o no, que haga lo que quiera. Me ha hecho mostrar dibujos extraños y palabras inconexas, y hasta cosas sobre danza contemporánea, uff...yo no sé dónde se mete en su tiempo libre pero a veces me viene con unas ideas... Aún le sigo preguntando por qué me creó.

- Por curiosidad.

Siempre me contesta lo mismo al tiempo que se encoge de hombros y pone cara de no saber nada. Y también le veo un brillo especial en los ojos, yo creo que va a ser, sobre todo, por eso. 

lunes, 9 de mayo de 2016

Léeme



Una palabra, cinco letras, un acento, un imperativo. Fue lo que me llamó la atención, esas mayúsculas azules sobre un post-it amarillo pegado a un objeto rectangular que, visto así de lejos, debía de ser una lectura.

Estaba apoyado en el respaldo de un banco de madera, solitario a la sombra en esa mañana de sol y murmullo alegre de domingo.

Me acerqué curiosa por ver si sería un manual que me ofrecía un viaje directo a la felicidad a través de alguna religión oficial u oficiosa. Pero para mi sorpresa se trataba de una novela que parecía recién salida de la librería. 'DOBLE VIDA', vaya, qué título misterioso, como su manera de llegar hasta mí, pensé.

Extrañada, miré a mi alrededor suponiendo que alguien se lo había olvidado y que aparecería a recuperarlo con el paso apresurado y la mirada preocupada. Pero no, no llegó nadie ni vi ninguna cámara oculta.

Así que abrí el libro, así para saber más. Y en la primera página, un mensaje del autor tamponado en letras de nuevo azules, daba la bienvenida:

"Si te has encontrado este libro y te gusta la lectura, estás de enhorabuena. Te invito a que lo leas: si te gusta, escríbeme un mensaje y, si no te gusta, déjalo en un lugar público, como donde lo encontraste, para que otra persona pueda disfrutarlo".

Acababa el autor su mensaje con un sincero 'ayúdame a hacerme un hueco en este complicado mundo de la literatura', sus datos de contacto en redes sociales y me felicitaba Sant Jordi con un 'Feliz día del libro anticipado'.

Uaaauuu, ¡qué maravilla! No me lo podía creer, estaba viviendo un momento mágico de esos que no suceden a menudo. Sin saberlo, José Luis Molinero se había ganado mi simpatía y admiración por su manera de darse a conocer.

Salí de la sombra ya con el libro bajo el brazo y, liviana, seguí caminando al sol bordeando el estanque del Retiro. Ya no estaba sola, tenía una historia que se venía conmigo en AVE a Barcelona.

viernes, 6 de mayo de 2016

Si fuera impresionista...


Si fuera impresionista
plantaría sin duda mi caballete en este lugar y me obsesionaría por captar se luz en todos los momentos
del día,
de la tarde,
de la noche,
con lluvia, radiante sol o tormenta amenazante.
Si fuera impresionista
no podría dormir tranquila sin reflejar en mi paleta cada tonalidad del atardecer, esa hora maldita para los fotógrafos, y en el pincel las luces que titilan en la primera oscuridad.
Si fuera impresionista... ... ...y sin embargo... ...soy impresionada.