domingo, 11 de enero de 2015

Recuperando ejersucios del 2014


El mar erizado no es el perfil infinito de un dragón. Todo el mundo sabe que los dragones viven en los picos de las montañas o en los recovecos de algunos corazones insensibles. Son animales de tierra que cobran fuerza a la puesta de sol menos cuando llueve purpurina azul y verde y se refugian en esa casa modernista que está hacia la mitad del Paseo de Gracia. Cuando eso sucede, decenas de personas se paran a mirarlo y le disparan sus cámaras en un intento de llevárselo a casa. Porque un dragón de purpurina no se ve todos los días.

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