1r. acto: viernes, 24 de agosto de 2012
Aeropuerto de Montreal. Llego por vez primera a Canadá, aduana amable y sin complicaciones. 18:00h. Cinco horas en conexión. Extraña combinación de vuelos para volver a casa. Recorrido de tiendas, pasillo, reconfirmación de asientos. Francés oficialmente predominante, inglés oficiosamente imperante. Conversaciones sobre bilingüismo en torno a una pizza, la restringida zona aérea internacional no da para más. On goûte la bière locale, quand même.
Aeropuerto de Montreal. Llego por vez primera a Canadá, aduana amable y sin complicaciones. 18:00h. Cinco horas en conexión. Extraña combinación de vuelos para volver a casa. Recorrido de tiendas, pasillo, reconfirmación de asientos. Francés oficialmente predominante, inglés oficiosamente imperante. Conversaciones sobre bilingüismo en torno a una pizza, la restringida zona aérea internacional no da para más. On goûte la bière locale, quand même.
2º acto: viernes, 31 de agosto de 2012
London Bar, Barcelona. Mil años que no caía por aquí, me traen una guitarra y voz colombianas que interpretan canción de autor. 23:45h. Al acabar el concierto, una voz en inglés pregunta por el repertorio. Inicio de una conversación que en poco rato pasa al francés, la lengua más materna del armenio-Montréalais de origen sirio y ojos azules con el que comparto barra. Su historia trasluce diásporas no deseadas desde cálidas tierras orientales a gelidez nórdica (-40ºC en invierno, ¡confirmado!).
Al humo de la puerta del bar, sus ojos me hacen señas para mirar la luna, por segunda vez llena en este agosto. Una luna que es azul y al mismo tiempo blanca, de un blanco rebautizado "chemise" para la ocasión (¡leyendo este enlace me doy cuenta de que era un momento histórico!). Lástima que no perciba bien los colores, aunque a él parece no importarle demasiado.
3r. acto: viernes, 7 de septiembre de 2012
En algún lugar aún adormecido de Barcelona, unos dedos teclean en Internet. Han recibido la remota orden de consultar el programa de las fiestas que se van acercando. Una lectura en diagonal alerta a la neurona de guardia: "Montreal, ciudad invitada 2012". "¿Cómo? ¿He entendido bien?", se pregunta. La centinela sacude a las demás:
- ¡En pie, despertad! -exclama- me ha llegado un aviso procedente de los ojos. Solicitan relectura concentrada.
- Recibido. Estamos listas -contestan todas a una, algo disgustadas por el brusco despertar.
El cursor vuelve hacia atrás, buscando la frase, y los ojos se fijan con más atención: "Montreal, ciudad invitada 2012. Cada año, la Mercè invita a una ciudad a compartir sus fiestas. Este año la ciudad elegida es Montreal, capital de la región de Quebec, con muchos puntos en común con la capital catalana. Consulta el programa de actividades (click)". Música, de Le Vent du Nord, Piknik Electronic (¡ah! ¿pero eso era un festival de Canadá?) o Le cirque Éloize (¡wow, la rueda alemana como la de Raquel!). Pero qué casualidad, 3 viernes marcados por una ciudad...¿o no?
F I N
Al humo de la puerta del bar, sus ojos me hacen señas para mirar la luna, por segunda vez llena en este agosto. Una luna que es azul y al mismo tiempo blanca, de un blanco rebautizado "chemise" para la ocasión (¡leyendo este enlace me doy cuenta de que era un momento histórico!). Lástima que no perciba bien los colores, aunque a él parece no importarle demasiado.
3r. acto: viernes, 7 de septiembre de 2012
En algún lugar aún adormecido de Barcelona, unos dedos teclean en Internet. Han recibido la remota orden de consultar el programa de las fiestas que se van acercando. Una lectura en diagonal alerta a la neurona de guardia: "Montreal, ciudad invitada 2012". "¿Cómo? ¿He entendido bien?", se pregunta. La centinela sacude a las demás:
- ¡En pie, despertad! -exclama- me ha llegado un aviso procedente de los ojos. Solicitan relectura concentrada.
- Recibido. Estamos listas -contestan todas a una, algo disgustadas por el brusco despertar.
El cursor vuelve hacia atrás, buscando la frase, y los ojos se fijan con más atención: "Montreal, ciudad invitada 2012. Cada año, la Mercè invita a una ciudad a compartir sus fiestas. Este año la ciudad elegida es Montreal, capital de la región de Quebec, con muchos puntos en común con la capital catalana. Consulta el programa de actividades (click)". Música, de Le Vent du Nord, Piknik Electronic (¡ah! ¿pero eso era un festival de Canadá?) o Le cirque Éloize (¡wow, la rueda alemana como la de Raquel!). Pero qué casualidad, 3 viernes marcados por una ciudad...¿o no?
F I N
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