lunes, 7 de enero de 2013

El corredor

Quim salió a correr. Le costaba levantarse pero le gustaba empezar bien el día. Al fin y al cabo, las 7.00 no era tan temprano y de todas maneras tenía que sacar a Warlock antes de ir a trabajar. Al principio de sus salidas había dudado si llevárselo con él temiendo que le interrumpiera el ritmo, pero ahora le gustaba su compañía, y sobre todo le tranquilizaba que su pastor alemán estuviera cerca cuando llegaba a aquella zona desierta y destartalada que tenía que atravesar de camino a la playa. Era un paraje inhóspito de grandes naves depositarias de quién sabe qué mercancías. Durante el día los camiones iban y venían sin descanso, pero a esa hora todavía estaba tranquilo y la zona era de un vacío inquietante. Tratando de evitar el frío que le recorría la espalda al recorrer esas calles, Quim solía subir el volumen de la música en sus oídos y ordenar a sus ojos que miraran sin ver. Quería pasar rápido y llegar al puente lo antes posible. Por eso aquella mañana se asustó cuando por encima de sus decibelios oyó los ladridos de Warlock. Asustado, instintivamente paró y se quitó los auriculares. Sus ladridos resonaban en aquellas silenciosas paredes mientras miraba fijamente hacia adelante, donde siempre había un remolque blanco con las puertas abiertas y el interior vacío.

To be continued...

lunes, 24 de diciembre de 2012

La bague d'ingénieur


Me había llamado la atención desde el primer día. Aquel chico llevaba un anillo plateado en el último dedo de la mano derecha, algo poco habitual. Me recordaba vagamente a un estilo celta pero no acababa de ubicarlo. En algún momento me lo quedé mirando más de la cuenta y acabé preguntando "¿Y ese anillo qué significa?". La respuesta fue de lo más curiosa: "Es un anillo de ingeniero civil".
"¿Un anillo de quéééééééé?"

Entonces el chico me explicó que en Quebec, en el acto de graduación al fin de la carrera, les entregaban ese anillo que les tenía que recordar la gran responsabilidad que tiene un ingeniero cuando está trabajando en la proyección de una obra. Y que siempre, siempre, siempre lo tenían que llevar en le dedo meñique de la mano "que trabaja".
Me contó que se inició tras el derrumbre del Puente de Quebec en dos ocasiones, 1907 y 1916, aunque creo que esto es una leyenda. El anillo no es de plata sino de acero. Sí que parece que la tradición se originó con la idea de unir la profesión y que se lleva haciendo desde 1925. Pero a pesar de los años la tradición sigue bien vigente, mi amigo me contó que se sigue llevando el anillo toda la vida y qué él, personalmente, no tenía ninguna intención de quitárselo. Es fácil reconocer a un ingeniero canadiense, solo hay que mirar si lleva el anillo de ingeniero (le jonc d'ingénieur).

 ...

Hace unos días contacté con un amigo alemán del que hacía tiempo no sabía nada. Era su cumpleaños y le quise felicitar. Me contó que ahora vive en Canadá, y como él mismo es ingeniero, le voy a preguntar sobre el tema...

jueves, 20 de diciembre de 2012

Microrelato


Aún no se sabe si fue el humo ascendiendo de esos labios sinuosos lo que la flechó a cruzar directa a la otra acera. Era la segunda señal de la noche pero no se quedó a esperar la tercera.

martes, 4 de diciembre de 2012

Con D de diciembre

Con_D_de_diciembre
Es diciembre. Fuera hace frío. Dentro, también. Ruth no puede dormir, su mente está en plena ebullición pero no consigue ordenarla. Coge un lápiz y empieza a escribir, lo que salga. Hace unas horas, estando en el teatro, recordó a los repentistas (¿quiénes son?) de los que oyó hablar por primera vez en el concierto de Jorge Drexler, hace ya más de un año. Y todo porque arriba en el escenario pidieron palabras al azar para construir con ellas 1, 2 y hasta 3 canciones. Parto, tulipán, ignorancia, gato, mañana y alguna otra que ya no consigue recordar. Hay que tener recursos, inventiva y rapidez mental. Y el actor dedicó la última de ellas a una espectadora embarazada de un Mario.

Como Adriana, que está a punto de nacer, aunque hoy la luna está llena y todavía faltan quince días. Está lista, ha llegado el momento y no va a esperar más porque ya empezó el último mes del año, que para ella siempre será el primero. Al fin y al cabo, todo es cuestión de perspectiva.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Montréal, 3 fois vendredi o Montreal en 3 actos



1r. acto: viernes, 24 de agosto de 2012
Aeropuerto de Montreal. Llego por vez primera a Canadá, aduana amable y sin complicaciones. 18:00h. Cinco horas en conexión. Extraña combinación de vuelos para volver a casa. Recorrido de tiendas, pasillo, reconfirmación de asientos. Francés oficialmente predominante, inglés oficiosamente imperante. Conversaciones sobre bilingüismo en torno a una pizza, la restringida zona aérea internacional no da para más. On goûte la bière locale, quand même.

2º acto: viernes, 31 de agosto de 2012
London Bar, Barcelona. Mil años que no caía por aquí, me traen una guitarra y voz colombianas que interpretan canción de autor. 23:45h. Al acabar el concierto, una voz en inglés pregunta por el repertorio. Inicio de una conversación que en poco rato pasa al francés, la lengua más materna del armenio-Montréalais de origen sirio y ojos azules con el que comparto barra. Su historia trasluce diásporas no deseadas desde cálidas tierras orientales a gelidez nórdica (-40ºC en invierno, ¡confirmado!).
Al humo de la puerta del bar, sus ojos me hacen señas para mirar la luna, por segunda vez llena en este agosto. Una luna que es azul y al mismo tiempo blanca, de un blanco rebautizado "chemise" para la ocasión (¡leyendo este enlace me doy cuenta de que era un momento histórico!). Lástima que no perciba bien los colores, aunque a él parece no importarle demasiado.

3r. acto: viernes, 7 de septiembre de 2012
En algún lugar aún adormecido de Barcelona, unos dedos teclean en Internet. Han recibido la remota orden de consultar el programa de las fiestas que se van acercando. Una lectura en diagonal alerta a la neurona de guardia: "Montreal, ciudad invitada 2012". "¿Cómo? ¿He entendido bien?", se pregunta. La centinela sacude a las demás:
- ¡En pie, despertad! -exclama- me ha llegado un aviso procedente de los ojos. Solicitan relectura concentrada. 
- Recibido. Estamos listas -contestan todas a una, algo disgustadas por el brusco despertar.
El cursor vuelve hacia atrás, buscando la frase, y los ojos se fijan con más atención: "Montreal, ciudad invitada 2012. Cada año, la Mercè invita a una ciudad a compartir sus fiestas. Este año la ciudad elegida es Montreal, capital de la región de Quebec, con muchos puntos en común con la capital catalana. Consulta el programa de actividades (click)". Música, de Le Vent du Nord, Piknik Electronic (¡ah! ¿pero eso era un festival de Canadá?)  o Le cirque Éloize (¡wow, la rueda alemana como la de Raquel!). Pero qué casualidad, 3 viernes marcados por una ciudad...¿o no?

                                                F I N