viernes, 22 de febrero de 2013

¿Y tú, cuántos vatios irradias?

Y tú, cuántos vatios irradias
Hace unos días asistí a una divertida charla en la que decían que las personas somos como bombillas: unas funcionan a 30.000 vatios (lectores científicos, ¡decidme si eso es posible!), otras a 3 o 4.000 y otras apenas se encienden o directamente van fundidas por la vida.

Desde entonces entretengo los trayectos atribuyendo vatios a las personas que me cruzo por la calle, a los vecinos de vagón del metro, como aquel anuncio que contaba calorías en los estantes del supermercado. "Este chico...mmm...10.000"; "Esta señora...uy...necesita una recarga"; "Mira este niño va a explotar de tanto vatio acumulado (y de paso sus padres)"; "Y esta parejita...entre los dos...¡deben de acercarse a los 100.000!".
Así, trayecto tras trayecto, hasta que este curioso ejercicio de observación con efecto boomerang activó una vocecita interna...pero entonces, ¿cómo llevaré yo la bombilla? Unos viajes más tarde se me ocurrió que funciono como una halógena: tenue al principio, gana brillo con el tiempo y es de largo recorrido. 


¿Y tú, cuántos vatios irradias?


Tengo que mencionar a Víctor Küppers, conferenciante aquel día, porque aunque seguramente la idea no es suya, se encargó de transmitirla.

2 comentarios:

  1. Mira pues yo soy como las luces de Navidad multiposición!
    Discontinua y fija, a veces me enciendo y a veces me apago, a veces parpadeo o de repente brillo con mucha intensidad o más tenuemente..me apago y me vuelvo a encender, eso si siempre de colorines! Y tengo mis épocas evidentemente...
    pd.a ver si adivinas quien soy?

    ResponderEliminar
  2. I shine and speckle like a diamond, depending on your point of view I revile all colors of the rainbow but like all light reflecting objects the brighter the light people shine on me the brighter I shine back.

    ResponderEliminar