Por resumir, la película cuenta la historia de una chica que entra a trabajar en un modesto despacho de abogados y, llevando un caso pro-bono, descubre que la fábrica de una gran corporación es responsable de vertidos altamente contaminantes que durante años han afectado a toda la población de Hinckley, California y las fatales consecuencias en la salud de sus habitantes. A partir de ahí empieza a investigar hasta que al final consigue que la empresa sea declarada culpable y se tenga que hacer cargo de indemnizaciones millonarias sin precedentes.
De lo que no me había dado cuenta las veces anteriores que la había visto es de que al final aparece la típica pantalla de película "based on a true story" que explica qué sucedió después. ¡Ostras, así que se trata de una historia real!
Llevada por la curiosidad, tecleé el título en Google y la primera entrada que apareció fue la de un "defensor del consumidor" con ese nombre "especializado en conflictos medioambientales y derivados de productos farmacéuticos o médicos". Al poco pude ver que Erin existía en realidad y que, después del caso que la llevó a la fama, creó esa fundación con su nombre y desde entonces se ha dedicado a investigar casos de naturaleza similar.
Erin Brockovich real |
Lo que no nos cuenta es qué pasó con el vecino motero, su novio y canguro de sus hijos en la película. No debió de acabar bien.